Ayer martes se publicó una nueva investigación de la OCDE relacionada con el ámbito educativo y el Informe PISA, al que ya hemos hecho referencia en otras entradas de este blog (La Jornada Escolar, No es verdad (o casi no), ¿Quién lee?, ¿Cuándo se enseñará a vivir?, Nuevo suspenso en PISA, Seguimos suspendiendo y La asignatura pendiente de la educación). Este nuevo informe investiga sobre la forma de utilización de internet como elemento de aprendizaje.
El informe (cuya versión en inglés está disponible en este enlace) vuelve a colocar a España en el furgón de cola de los países en los que se ha investigado. Nuestros jóvenes de 15 años no saben utilizar y leer adecuada y provechosamente la información que internet nos ofrece.
Algunas de las conclusiones globales a las que llega el informe son las siguientes:
- Solo un 8% de los alumnos encuestados demostró una habilidad de ejecución de lectura digital del más alto nivel.
- Corea del Sur es el país con un mejor resultado global, muy por delante de los demás.
- La comprensión de lectura impresa y digital suele tener unos niveles similares en la mayoría de los países.
- La diferencia de ejecución entre sexos es irrelevante en la mayoría de los países.
- Los lectores digitales más hábiles tienden a saber cómo navegar de manera más eficiente.
- Existe una seria brecha digital entre usuarios de diferentes países y dentro de los mismos.
- La utilización del ordenador en el domicilio mejora la habilidad de lectura digital, mientras que el uso en el aula no parece tan relevante.
- El uso de redes sociales no modifica sustancialmente la capacidad de lectura y selección de textos. Tuenti no enseña a buscar y leer mejor en la red, pero no es ningún obstáculo, salvo el del factor tiempo.
- El informe solo se ha realizado en 19 de los 65 países y regiones que tomaron parte en las pruebas de lectura (impresa), matemáticas y ciencias de PISA 2009, lo que puede suponer una deriva en la interpretación de las cifras.
El ranking que ocupa España se corresponde con los niveles más retrasados en efectividad y eficacia lectora. Las conclusiones a nivel estatal pueden ser éstas:
- Los alumnos españoles no carecen completamente de habilidades de lectura digital, pero es muy poco probable que sus destrezas les permitan el pleno acceso a las oportunidades educativas, laborales y sociales que se ofrecen en el siglo XXI.
- La media de los alumnos españoles está en el nivel 2 (sobre 5), según el informe, con 475 puntos, lo que les deja por debajo de la media de la OCDE (499).
- El informe también señala que casi la mitad de los estudiantes tiene dificultades para localizar e interpretar información si no hay orientaciones claras o se enfrenta a contextos poco habituales.
La destreza de lectura digital, además de las capacidades necesarias para comprender, usar y reflexionar sobre los textos impresos, requiere otras capacidades para recabar la información necesaria en cada momento, elegir y saltar de una página a otra en busca de los datos deseados descartando los irrelevantes y un manejo básico de las herramientas digitales, es decir, en definitiva, saber navegar por la Red.
Mi opinión sobre algunos de los datos analizados del informe vuelve a centrarse en estos puntos:
- La carencia de cultura tecnológica y social en el ámbito familiar, relegando todavía en muchos casos al ordenador y a la red como un elemento de ocio, favorece la diferencia generacional.
- Los centros educativos no están preparados para fomentar el uso de internet como medio de formación.
- La cultura del docente no siempre está alineada con la actualidad tecnológica y, cuando, lo está, choca con barreras de entrada, tanto de carácter pedagógico como de entorno.
- No se destinan los recursos y medios necesarios para que los centros estén debidamente adecuados a la realidad. El uso de pizarras digitales, aulas de informática, acceso wifi, etc sigue siendo más un privilegio que una realidad.
- El rol del docente como catalizador de contenidos está muy lejos de asumirse; se sigue defendiendo el rol sustitutivo de figura de autoridad, como medida de defensa ante la falta de carisma.
- Si siempre antes ha sido difícil subirse al carro, los retos de la sociedad actual van a abrir todavía más la separación formativa entre los futuros trabajadores en el mundo a igualdad de titulación, dejando en evidencia la gran distancia entre lo que se enseña y la utilidad práctica de lo que se enseña.
- No saber buscar, no saber cómo buscar y no saber cómo encontrar de manera efectiva lo que se precisa es el primer paso para mantener una productividad incompetente.
No está todo perdido, pero el futuro no se presenta demasiado halagüeño, sobre todo si consideramos que la educación sigue siendo un arma arrojadiza a nivel político, los padres solo desean el aprobado a final de curso, los docentes carecen de enganche con la sociedad y nuestros jóvenes están cada día más desmotivados.
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