Artículo escrito por Javier Lozano, consultor de marketing turístico, especializado en el ámbito estratégico, docente en escuelas de negocios y organizador de eventos. Ayuda a las empresas a elaborar su estrategia de posicionamiento. Sus mayores aficiones son diseñar viajes y experiencias personalizadas en todo el mundo junto con la gastronomía y la literatura.
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Queridos viajeros. Vaya por delante que hoy hablaré de viajes, pero, en esta ocasión, del que realizan los emprendedores, re-emprendedores o re-re-emprendedores como yo, que ya hemos vivido varias crisis económicas a lo largo de nuestra carrera.
Otro tipo de viaje
Autónomos y PYMES son, especialmente los de los sectores más afectados como el turístico. Héroes que saben que el éxito no consiste en no caer sino en levantarse una y otra vez. A ellos les dedico estos consejos, como si se tratase del proceso a seguir al organizar un viaje, el del héroe, aprovechando este parón para reinventarse, rediseñar la empresa, revisar procesos, dedicar tiempo a la formación y elaborar un plan de acción adecuado a la nueva situación.
Y como en todo viaje del héroe también en esta ocasión contamos con la princesa que es el cliente a quien seducir, el villano en forma de virus, el castillo que es la empresa a fortificar y la moraleja.
Es momento de mirar hacia adelante con optimismo y aprovechar este tiempo para afilar el hacha, para aprender la moraleja del cuento que dice “En una ocasión, un joven solicitó trabajo en una comunidad de leñadores. Pasado un tiempo el jefe de los leñadores observó que el joven presentaba un bajo rendimiento y le pregunto: ¿cuánto hace que no afilas tu hacha?”.
Afilar el hacha
Aquí expongo 8 consejos que te ayudarán a afilar el hacha y rediseñar la estrategia de tu empresa.
- Analiza el estado de tu producto, tu servicio. ¿Cómo puedo optimizar los puntos débiles y potenciar mis fortalezas?
- Establece objetivos SMART, específicos, medibles, alcanzables, relevantes, y temporalizados, acordes a tus recursos disponibles.
- Redefine tu “Buyer Persona”, aquel tipo de cliente al que te quieres dirigir y seducir y analiza su forma de ser, su estilo de vida, cómo compra, lo que le gusta y disgusta y adapta tu estrategia orientándola hacia él. Y recuerda a Oscar Wilde: “No te puedo dar la fórmula del éxito, pero sí la del fracaso: intenta gustar a todos”.
- Cuando conozcas bien a tu cliente ideal, aquel que quieres seducir, diseña su “Customer Journey” el viaje que realiza desde que toma conciencia de que tiene una necesidad hasta que ha hecho uso del servicio que la satisface. Te sorprenderás de la cantidad de veces que tiene que interactuar y lo difícil que a veces se lo ponemos.
- Pon el foco en el Plan FOCA; revisa, rediseña tus procesos financieros, operativos, comerciales y administrativos. Ten por seguro que todos son susceptibles de mejora. Y ¿cómo puedes hacerlo? Sigue a los mejores y observa cómo lo hacen.
- Fija indicadores numéricos o KPIs, que te permitan analizar y valorar las acciones que realizas. Recuerda que lo que no se puede medir no se puede mejorar.
- Crea un plan de acciones de comunicación, marketing y comerciales. Considera que lo que no se conoce no se compra, pero olvida los planes de marketing complejos y céntrate en acciones fáciles que te acerquen a tus objetivos publicitarios, de posicionamiento y sobre todo de ventas, que aporten un ROI inmediato, un retorno de la inversión de tiempo y dinero que hagas. El plan trata sobre “qué voy a hacer para alcanzar mi objetivo, cómo lo voy a hacer, cuánto me va a costar, cómo lo voy a medir y cuál va a ser el resultado que voy a obtener”.
- Y, por último, pero, para mí, el más importante, afila el hacha ya, no dejes que la incertidumbre te paralice. Recuerda que pronto todo volverá a la normalidad y el cliente elegirá sólo a los mejores que aporten valor, se hayan diferenciado y posicionado, a los que hayan afilado el hacha. Actúa; recuerda el consejo que nos daba Joseph Campbell: “La cueva que más temes entrar es la que contiene el tesoro que más ansías”.
Es hora de innovar, de hacer las cosas de una manera diferente aportando valor para el cliente y beneficio económico para la empresa. Tiempos de poner en práctica la genial frase de Einstein, “En los momentos de crisis, sólo la imaginación es más importante que el conocimiento”.
Sin duda, Javier, autor del artículo, es un crack.
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