Una reciente experiencia profesional me ha permitido ahondar en el significado que internet puede alcanzar, no solo como herramienta de consulta sino como entidad viva, participativa y activa. Realizando un estudio sobre ciertos ámbitos educativos internacionales precisaba de una serie de datos puntuales y significativos de distintos países para poder realizar una proyección sobre ellos. Lo cierto es que es posible que pudiera llegar a obtener algunos de ellos a través de infinitas consultas en buscadores. Pero también es cierto que hubiera resultado mucho más costoso en tiempo y que, por otro lado, no habría podido comprobar la veracidad de los mismos, por lo que el proyecto podría basarse en supuestos falsos y, de ahí, las propuestas que emanarían resultarían imposibles.
A través de redes de networking profesionales, procedí a preguntar sobre alguna referencia factual que me sirviera para poder comenzar a desarrollar mi proyecto. Sorprendentemente, en muy pocos días, la red había funcionado de tal manera que se agolpaban sobre mi ordenador decenas de respuestas y opiniones que los integrantes de dicha red habían obtenido por experiencia propia o por consultas realizadas. Las preguntas clave, muy específicas, y relativas a distintos paises, habían sido respondidas e, incluso, opinadas, lo que me permitió preparar en el escaso margen de tiempo que disponía un informe completo y consistente que permitiera realizar actividades futuras.
La avalancha de respuestas, además, me sirvió para confirmar las tendencias que precisaba conocer en esa serie de paises, de modo que estaba completamente seguro de los matices que tenía que proponer para cada región. En poco más de 9 días, pude realizar un informe de más de 80 páginas con la convicción de que los supuestos en los que se asentaba eran los correctos.
Estoy plenamente convencido de que la red es la estructura más democrática que existe. La gran revolución del siglo XXI comenzó a principios de los 90 con la generalización de internet. En estos momentos, la red ha alcanzado su segundo estadio de plenitud, la denominada Web 2.0. La rapidez en consultar cualquier contenido y de hacer llegar documentos a cualquier parte del mundo con un click de ordenador ya ha sido superada. Hemos llegado al momento de la interacción y de la integración de la virtualidad en nuestra realidad. Sea bienvenida.
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