16 de septiembre de 2014

¿Eres emprendedor o empresario?

Ser emprendedor es una forma de vida – o casi. Pero debes plantearte que, sin dejar de tener las características de un emprendedor, es preciso dar el paso para llegar a convertirte en empresario. ¿Por qué? El espíritu del emprendimiento debe estar siempre contigo, pero es necesario que sientas que tu negocio es algo más que quedarte en los primero pasos.
Empezar un negocio es siempre una aventura apasionante. ¿Cuál es la línea que separa al emprendedor del empresario? La respuesta no es sencilla, pues  ambos conceptos se solapan. Pero no debes apurarte. No significa que no tengas claro lo que eres. De hecho un emprendedor puede (y debe) ser un empresario y un empresario puede (y, normalmente, debe) ser un emprendedor. 
El concepto
Antes de nada, vamos a echar un vistazo a las diferencias semánticas y conceptuales entre ambos.
El emprendedor siente verdadera pasión por algo que va a crear; ya sea un producto; un servicio; un proceso nuevo para un producto o servicio ya existente o una mejora de un proceso ya existente. El emprendedor se siente con su proyecto como si fuera un artista, que primero crea su obra; la venta de la misma es algo posterior. Durante un tiempo el emprendedor no se plantea siquiera el tema de la venta sino que se centra en su obra, su proyecto, como proceso.
Por otra parte un empresario trata de elevar y crecer sobre lo que ya ha sido creado. No presenta gran interés en crear algo artístico o “la siguiente gran obra”. Se plantea la supervivencia de la empresa día a día. Su ojo de halcón se centra en las ventas y sus máximas preocupaciones  son las finanzas y el marketing.
Esto nos lleva a tres preguntas:
  • ¿Cuándo se convierte el uno en el otro?
  • ¿Es necesario pasar por ambos estadios?
  • ¿Cuándo se transforma un emprendedor en empresario o viceversa?
Un emprendedor debe pensar como un empresario. Es imperativo que decida dónde, cuándo y cómo se van a vender sus productos o servicios. Precisa plantearse inevitablemente un Plan de Negocio, gestionar el día a día de su negocio y sobrevivir financieramente. Y plantearse que la misión de la empresa es algo más que llegar al día siguiente.


Un empresario, por su parte, también debe pensar como un emprendedor. De lo contrario se conformará con su nicho de mercado y cualquier modificación del mercado podría provocar la incapacidad de reaccionar adecuadamente. Un verdadero empresario siempre busca innovar y generar dicha innovación para avanzar y crecer. Si no lo hace así no diferirá mucho del tendero de antaño que solo fue capaz de generar negocio para subsistir, pero sin crecer ni evolucionar, quedando a merced de los designios del mercado.
¿En qué se diferencia un emprendedor de un empresario?
Noam Wekser propone diferenciarlos en tanto en cuanto un emprendedor, además de querer ganar dinero y obtener beneficios, ante todo desea aportar un valor diferencial. El empresario no contempla esta segunda posibilidad. Para eso es conveniente definir qué significa realmente aportar valor:
  • Acercar tu experiencia y dominio de tu área de especialización.
  • Estar disponible para crear algo nuevo o algo diferente.
  • Estar dispuesto a contribuir con esfuerzo, tiempo y recursos.
  • Comprometerse.
Y la diferencia con lo que realmente no es aportación de valor radica en que no es:
  • Conectar con una persona a la que estás buscando.
  • Organizar una reunión con una empresa con la que deseas hacerlo.
  • Cobrar por hacer de meros intermediarios.
  • Tomar algo que consideras propio.
Las principales diferencias entre un emprendedor y un empresario radican en estos puntos:
Originalidad de una idea
El empresario genera su negocio en torno a un producto o servicio que ya está creado. Suele entrar en un negocio que ya existe y trata de ganar la mayor cuota de mercado posible para generar el mayor beneficio para sí.
Un emprendedor es un inventor, un creador. Invierte tiempo, dinero, esfuerzo y energía en su propia idea. No arranca su negocio desde una idea ya existente, sino que aporta originalidad.
Propósito de la actividad
La mayoría de los empresarios crean sus empresas para generar beneficio económico o para ser sus propios jefes. Algunos negocios se pueden centrar en el beneficio de las personas, es decir, buscar el beneficio de sus trabajadores o de sus clientes. Sin embargo un emprendedor busca cambiar algo: el mundo, su entorno, su producto… El propósito puede ser hacer algo que marque la diferencia.
Toma de riesgo
El empresario asume riesgos calculados y no suele aceptar pérdidas económicas. El emprendedor es como un buceador. No le importa lo que pueda perder con tal de encontrar su pasión. Pero, dada dicha pasión, los beneficios que suelen obtener son extraordinarios.
Trato al empleado
Un empresario suele ser un empleador y un gestor de puestos de trabajo. Un emprendedor suele ser un amigo que actúa como líder de un proyecto.
Trato al cliente
Un empresario ve a sus clientes habitualmente como su fuente de ventas e ingresos. Es la sangre de su negocio. Un emprendedor considera a sus clientes como la fuente de deber y satisfacción. Para él sería su propia sangre.
La competencia
Los competidores suelen ser enemigos y deben ser derrotados para el empresario. Solo acepta la cooperación a la hora de alcanzar ciertos objetivos. Un emprendedor se esfuerza por batir a su único enemigo: sí mismo.
El dinero
La principal preocupación de un empresario es perder dinero. La mayoría de los empresarios dependen de una buena economía para comenzar, operar y obtener éxito en su negocio. El emprendedor no se preocupa excesivamente por el dinero, dado que está acostumbrado a comenzar de cero.
El tiempo
El emprendedor nunca pierde el tiempo. No acepta que el trabajo o el producto se retrasen. Desea todo rápido y ya. El emprendedor es como un artista o un científico en su laboratorio y considera su producto o servicio una obra de arte, por lo que el tiempo no es un factor decisivo, relegándose al perfeccionamiento del resultado final.
El entorno
El empresario ve el mundo como una oportunidad y una ocasión para ganar dinero y ayudar a la gente a seguir viviendo. Un emprendedor suele ver el mundo como una tarea más que una oportunidad.
El éxito
Un empresario mide el éxito por el beneficio de su negocio y de sus accionistas. Un emprendedor no considera el éxito sino que cumple con su trabajo y deja que el tiempo defina el marco de éxito del mismo.

No obstante, deseo recalcar, el mundo precisa de ambos modelos y los dos son necesarios para poder progresar y mejorar. Solo son formas diferentes de afrontar una aventura empresarial y debemos aglutinar características de ambos para decidir cuál es el mejor enfoque para nuestro proyecto. De una manera o de otra, solo es mi opinión y me gustará que expongas también la tuya.

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