27 de enero de 2009

JOHN UPDIKE (In memoriam)

Algo se me ha roto hoy en el alma. Una de las plumas más excelsas del siglo XX y primeros años del XXI ha dejado de escribir para siempre. Es muy difícil describir en pocas palabras la obra de John Updike. Un autor que supo como pocos narrar y describir hechos cotidianos con una crudeza irreverente y, a la vez, penetrar en la psique humana para manejarla, contrastarla y mostrarla para justificar la esencia de cada simple actitud.

SU VIDA

Su trilogía de Rabbit, RABBIT, RUN (1960), RABBIT REDUX (1971), RABBIT IS RICH (1981), and RABBIT AT REST (1990) nos introduce en la vida de Harry “Rabbit” Armstrong, una estrella deportiva, desde su etapa juvenil, pasando por una (in)madurez social y sexual enmarcada en los años 60, hasta su ocaso vital. Pero no solo fue un soberbio escritor; también publicó poemas, relatos breves y ensayos, además de practicar la crítica literaria. Entre los autores revisados se encuentran nombres como Philip Roth, Saul Bellow, Kurt Vonnegut, Joyce Carol Oates, Iris Murdoch, Michael Tournier, Raymond Queneau, Umberto Eco, Milan Kundera, Evgenii Evtushenko, Gabriel García Márquez, Mario Vargas Llosa, o Isabel Allende.

John Updike nació en Reading, Pensilvania, en 1932. Su infancia estuvo marcada por la soriasis y la tartamudez. Animado a escribir por su madre, aislado en una granja, pronto se familiarizó con las obras de Erle Stanley Gardner, Ellery Queen, Agatha Christie, y John Dickson Carr. Se graduó en secundaria en Shillington, donde su padre era profesor de ciencias. En 1954 se licenció en inglés en la Universidad de Harvard. Desde los 23 años John Updike vivió de su creación literaria.

Tras su licenciatura se trasladó a Ipswich, Massachusetts, donde vivió 17 años. La ciudad sirvió de modelo en su obra COUPLES (1968), así como en LAS BRUJAS DE EASTWICK (1984) y su secuela, LAS VIUDAS DE EASTWICK (2008).

En 1958 publicó su primer libro de poemas, THE CARPENTERED HEN AND OTHER TAME CREATURES. Un año más tarde apareció su primera novela, THE POORHOUSE FAIR, que narraba las vicisitudes de los residentes de un asilo.

EL CENTAURO (1963) utilizó un marco mitológico para explorar la relación entre un padre que era director de escuela y su hijo. THE COUP (1979) resultó una exótica novela ambientada en un ficticio país africano, narrada en primera persona por un ex-dictador.

La novela 22ª de John Updike, TERRORIST (2006) nos presenta a un fanático islamista de 18 años y plantea una feroz crítica de la decadencia de la cultura americana tras los atentados del 11 de septiembre de 2001.

John Updike vivió buena parte de su vida en Nueva Inglaterra y un buen número de sus obras están ambientadas en la zona. Como escritor, alcanzó gran notoriedad tras la publicación del primer volumen de la saga RABBIT. Fue un crítico muy satírico, con un sentido nihilista y burlón de la vida y la cultura norteamericanas.


SU OBRA

Serie Rabbit
(1960) Rabbit, Run
(1971) Rabbit Redux
(1981) Rabbit Is Rich
(1990) Rabbit At Rest
(2001) Rabbit Remembered

Serie Bech
(1970) Bech, a Book
(1982) Bech Is Back
(1998) Bech at Bay

Serie Buchanan
(1974) Buchanan Dying (a play)
(1992) Memories of the Ford Administration (a novel)

Serie Eastwick
(1984) The Witches of Eastwick
(2008) The Widows of Eastwick

Otras novelas
(1959) The Poorhouse Fair
(1963) The Centaur
(1965) Of the Farm
(1968) Couples
(1975) A Month of Sundays
(1977) Marry Me
(1978) The Coup
(1986) Roger's Version
(1988) S.
(1994) Brazil
(1996) In the Beauty of the Lilies
(1997) Toward the End of Time
(2000) Gertrude and Claudius
(2002) Seek My Face
(2004) Villages
(2006) Terrorist

Relatos breves
(1959) The Same Door
(1961) A & P
(1962) Pigeon Feathers
(1964) Olinger Stories (a selection)
(1966) The Music School
(1972) Museums And Women
(1979) Problems
(1979) Too Far To Go
(1987) Trust Me
(1994) The Afterlife
(2000) The Best American Short Stories of the Century (editor)
(2001) Licks of Love
(2003) The Early Stories: 1953-1975
(2009) My Father's Tears and Other Stories

Poesía
(1957) Ex-Basketball Player
(1958) The Carpentered Hen
(1963) Telephone Poles
(1969) Midpoint
(1969) Dance of the Solids
(1977) Tossing and Turning
(1985) Facing Nature
(1993) Collected Poems 1953-1993
(2001) Americana: and Other Poems

Ensayos y crítica literaria
(1965) Assorted Prose
(1975) Picked-Up Pieces
(1983) Hugging The Shore
(1989) Self-Consciousness: Memoirs
(1989) Just Looking
(1991) Odd Jobs
(1996) Golf Dreams: Writings on Golf
(1999) More Matter
(2005) Still Looking: Essays on American Art
(2007) Due Considerations: Essays and Criticism
Uno de los autores que más y mejor he leído. A partir de hoy, una leyenda.

21 de enero de 2009

ADIÓS, ASESINO (Bye, bye, Mr Bush)

Estados Unidos estrena nuevo presidente. Desconozco qué tal lo hará Barack Obama, particularmente porque ha generado tal índice de confianza y de ilusión entre sus conciudadanos y en buena parte del planeta que será complicado que pueda mantenerlo, especialmente en circunstancias tan complicadas como las que estamos viviendo, con la primera crisis global tanto financiera como económica golpeando al denominado “Primer Mundo” y ralentizando peligrosamente a los llamados “países emergentes”.

Pero la esperanza del futuro no puede ni debe hacernos olvidar el pasado. Y el pasado es el nefasto personaje que ocupó la Casa Blanca durante los últimos ocho años.

No podemos olvidar que fue nominado presidente a pesar de haber obtenido menos votos que su rival y por medio de un truculento requiebro que organizó su hermano (a la sazón, gobernador de dicho estado), para que se recontaran los votos hasta que saliera lo que él quería que saliera. Vamos, que ni un candidato a presidente del Real Madrid podría haberlo hecho mejor.

Sus primeros meses fueron erráticos, devolviendo favores a los amigos de su padre y a quienes le habían apoyado para llegar hasta allí. El trágico 9/11 supuso el punto de inflexión definitivo que marcaría lo que ha sido su política durante todo el periodo. Mientras leía apaciblemente cuentos infantiles en una escuela, a sabiendas de lo que estaba sucediendo, se comenzó a forjar su objetivo fundamental: acabar con su virtual enemigo, con los enemigos que su padre se labró y no pudo aniquilar y con los que se fue inventando según sus amigos iban pidiéndole favores.

Así no tardó en ocupar militarmente Afganistán y apartar del poder a los fundamentalistas que su país ayudó anteriormente a instalar, para retirar el gobierno títere de la Unión Soviética, colocando otro gobierno títere, disfrazado de un falso halo democrático. La excusa era que su enemigo virtual estaba amparado por el gobierno talibán de Afganistán; el tiempo y la realidad han demostrado que sigue oculto en alguna parte del planeta y que el gobierno títere actual no ha sabido crear las barreras necesarias para encontrarlo, frenar la insurgencia talibán y la ocupación tampoco ha servido para que el 80% de la economía del país siga basándose en el opio.

Por las mismas razones se inventó excusas (que luego se demostraron totalmente falsas y amañadas) para justificar una injustificable ocupación militar de Irak, apoyado por el líder de una potencia venida a menos (Tony Blair) y un correveidile que creyó que su país era su cortijo personal (José María Aznar). Tras esquilmar el país y enfrentar entre sí a fanáticos de distintas corrientes religiosas, convirtió el país en un reguero de sangre que no cesa de brotar casi a diario. Tras colocar un nuevo gobierno títere y hundir el país en el caos más absoluto, los pozos de petróleo que su padre no se atrevió a tocar en su aventura militar de 1991 pasaron a manos norteamericanas y británicas (no, para el mamporrero español no hubo nada). Los cientos de miles de iraquíes y los miles de soldados americanos muertos en el capricho delirante de este sujeto son el aval mudo de lo que hizo. Y otro país en ruinas.

Entre tanto, pasándose por la entrepierna todas las convenciones de guerra y de paz, de derechos humanos y de humanidad, ha creado campos de concentración que habrían enorgullecido a Hitler y fascistas de idéntico corte. Sin duda, el tristemente más popular es el que crearon en territorio cubano, en Guantánamo, pero existen otros menos conocidos, lo que puede dar a presuponer que las violaciones de Derechos Humanos fueron todavía mucho más graves.

Y, ahora, deja a un nuevo enemigo: Irán. Con un supuesto programa nuclear y un fundamentalista democráticamente elegido presidente del país Bush estuvo tentado de provocar otra carnicería como la de Irak. Solo el temor a otro fracaso y la imposibilidad de hacer creíble otra mentira le retuvieron de aumentar la escalada militar.

Por supuesto, en el polvorín de Oriente Medio, solo ha servido para justificar lo injustificable de las acciones de Israel contra el pueblo palestino y para fomentar la división entre las dos facciones que se disputan el poder en territorio palestino, sin respetar la voluntad del pueblo palestino, expresada democráticamente en las urnas.

Pero al pueblo norteamericano no le ha ido mejor. Al margen de los miles de soldados muertos en los juegos de soldaditos en los que se embarcó Bush pasará a la historia como el presidente más despreocupado por el bienestar de sus conciudadanos. Rodeado de malintencionados asesores y consejeros ha permitido impávido, como siempre, y asistido como espectador al derrumbe del sistema económico y financiero capitalista tal y como se configuró en las últimas tres décadas. La globalidad ha hecho el resto y favorecido el contagio universal.

George W. Bush, Dick Cheney y toda la cohorte de vampiros internos y advenedizos de fuera (como, por ejemplo, el marido de la concejal de Medio Ambiente de Madrid) que han estado alrededor de las esferas del poder durante los últimos años en Estados Unidos deberán ser juzgados por la historia y por el Tribunal Internacional de La Haya por crímenes contra la Humanidad, no respetar los Derechos Humanos y violar sistemáticamente la legalidad internacional para su propio y particular beneficio. Sus manos están teñidas de sangre inocente. Solo les deseo que vivan muchos años para que puedan ser debidamente juzgados y puedan penar adecuadamente. Sus manos están llenas de sangre inocente. Y esa sangre clama algo que ellos no han sabido aplicar: JUSTICIA. La venganza, ya se la han tomado por adelantado. Pero, por higiene política y social, sería bueno que se les aplicara cuanto antes. La memoria es frágil. Y más para los que interesa que se borre.

8 de enero de 2009

LA OCULTACIÓN DE LOS SENTIMIENTOS

La percepción y la expresión de los sentimientos se desarrollan en las personas desde los primeros estadios de la vida. La capacidad de fiarse de los sentimientos y de reflexionar sobre ellos se establece en estos primeros años. Existen una serie de emociones básicas que están presentes en todas las culturas: felicidad, ira, sorpresa, tristeza… Todas ellas se expresan de modo similar (gestualmente). Reconocer emociones ajenas supone el primer paso de la interacción emocional entre las personas. Interpretación de una emoción, los recuerdos, estados mentales son características que el ser humano va desarrollando para alcanzar su madurez emocional. Cómo se experimenta la emoción (fisiológicamente), cómo se perciben las sensaciones y los sentimientos van íntimamente ligados a la atribución de significados cognitivos y emocionales.
Desde pequeños nos enseñan a controlar los sentimientos, a decidir sobre su expresión u ocultación. Las creencias fomentan la ocultación de los sentimientos destructivos, excesivos, pero no se trabaja lo suficiente en el reconocimiento de los propios sentimientos. Se establecen los límites entre e yo cognitivo y el yo emocional, que se complementan para organizar el comportamiento. Ser responsable y sensible implica aprender a expresar el yo emocional con eficacia, eligiendo los sentimientos que se desea compartir y con quién hacerlo, y reconciliando los propios sentimientos con los ajenos.

La personalidad comprende todas las habilidades, hábitos y preferencias que se han desarrollado a través de la experiencia y el aprendizaje, y que distinguen a una persona de las demás. De la misma forma que podemos reconocer la asertividad a través de las actitudes y los comportamientos que la expresan, también estamos perfectamente capacitados para poder percibir la inasertividad en todas sus manifestaciones y ver qué factores las desencadenan.

La actitud asertiva manifiesta un alto grado de humildad y de sabiduría o inteligencia, ya que de todo lo expuesto se deduce que una de las principales características de la persona asertiva es su interés hacia el aprendizaje y la experimentación... y este comportamiento sólo puede darse cuando una persona es consciente de su propia ignorancia, de todo aquello que le falta por saber, por mucho que sepa, y de la imposibilidad de alcanzar el conocimiento absoluto. Podemos saber mucho de muy poco o un poco de mucho o nada de mucho o un poco de casi nada... pero el conocimiento global es inalcanzable, por lo que hay quien

· sabe —se da cuenta y actúa en consecuencia— que no sabe
· no sabe — no se da cuenta o no actúa en consecuencia— que no sabe

Las personas que se identifican con el primer grupo se dan cuenta de todo lo que les falta por aprender y escuchan. Son humildes, por lo que observan, se interesan, consideran, intervienen, averiguan y descubren, a través de la experimentación diaria y de la mejora... de lo que podríamos deducir que la humildad es la entrada principal hacia la sabiduría (saber que no se sabe).

Los del segundo grupo, no se dan cuenta de todo lo que les falta por aprender y creen que lo saben todo o actúan como si lo supieran casi todo. Es la actitud a través de la cual se expresa la ignorancia y es mucho más habitual de lo que pueda parecernos. Cada vez que dejamos de escuchar a una persona que nos habla, cada vez que no nos interesamos o desestimamos las ideas y las opiniones de los demás, estamos manifestando que no sabemos que no sabemos, porque no nos interesa lo que nos pueden explicar o lo que podamos aprender de ello, porque... ¡qué nos van a decir, que no sepamos ya!

Para ayudarnos acrecer ya vencer los desafíos de la existencia, la naturaleza nos dota de tres inteligencias que hay que aprender a usar bien: la inteligencia del ESTÓMAGO (Instintos), la inteligencia del CORAZÓN (Sentimientos), y la inteligencia de la CABEZA (intelecto)
  • La inteligencia del ESTÓMAGO es visceral, es poderosa, moviliza el cuerpo y la fuerza de voluntad, se manifiesta en forma de impulsos e instintos, sirve para motivarnos, para luchar por vivir, para encontrar nuestro "espacio" entre los demás y para marcar límites saludables entre nosotros y ellos. Cuando no está bien centrada da lugar a problemas con la rabia.
  • La inteligencia del CORAZÓN es emocional, nos incita a entregarnos a otros, a amar y cuidar a los demás deseándoles el mayor bien. La energía del corazón se manifiesta en forma de vitalidad (permitiéndonos gozar de los sentidos, de las sensaciones y del contacto sano y lúdico con los demás), y de generosidad y abundancia (permitiéndonos gozar cuando procuramos que los demás sean felices y cuando vemos que les van bien las cosas). Cuando la energía del corazón está desequilibrada, ocasiona problemas con la tristeza.
  • La inteligencia de la CABEZA es intelectual, nos incita a pensar, observar, resolver problemas mentales y sacar conclusiones. Sirve para diferenciar entre realidad y fantasía. Se manifiesta en forma de pensamiento lógico (razonamiento) cuando hay que enfrentar decisiones de carácter objetivo, y en forma de intuición cuando hay que avanzar en situaciones inciertas o poco claras (la intuición es una especie de "linterna" que ilumina el lugar donde podemos dar el siguiente paso en un camino oscuro y con niebla. Cuado la energía de la cabeza no está bien asentada, da lugar a problemas con el miedo.

La tristeza, el miedo y la rabia no aparecerán tan a menudo si desarrollamos habilidades de relación y afrontamiento de problemas, es decir, si potenciamos nuestro crecimiento en lo específicamente humano. Esto incluye reflexionar, autoanalizarse y tomar modelos en áreas como la ética de las relaciones, la aceptación de la diversidad, el arte de amar, la no violencia, la empatía, la automotivación, la resolución de conflictos y el equilibrio personal. Disciplinas todas ellas que, hoy en día, se enmarcan en el concepto de INTELIGENCIA EMOCIONAL.
Los dos principios por los circularía nuestra autonomía emocional podrían ser:
  1. Las emociones se activan como resultado de nuestra forma de ver e interpretar lo que ocurre. Debajo de cada emoción hay una valoración, un pensamiento o una creencia.
  2. Nuestras reacciones emocionales nos dan mucha información sobre nosotros mismos y su observación nos ayuda a conocernos mejor.
La sociedad nos impone una serie de creencias internas que pueden fomentar la ocultación:
  • La obligación de SER PERFECTO: Nos hace bloquearnos frente a la posibilidad de cometer errores y nos impide aprender de la experiencia. Es preferible cambiar esta obligación por el permiso de aprender poco a poco, enmendar nuestros fallos y seguir adelante.
  • La obligación de SER FUERTE: Nos sugestiona haciéndonos creer que hay que endurecerse para sobrevivir, que está mal tener sentimientos "blandos" y que no hay que mostrarse vulnerable. Es preferible cambiar esta obligación por el permiso de ser flexible frente a la adversidad, aprender a cuidarnos para persistir, mostrar nuestra vulnerabilidad y dejarnos ayudar por los demás.
  • La obligación de COMPLACER: Nos hace temer de la opinión que de nosotros se haga la gente y nos impulsa adar imagenes socialmente aceptables pero alejadas de nuestra autenticidad. Nos sugestiona para que nos aterre la idea de decepcionar a otros y no nos sintamos capaces de poner límites a demandas poco razonables. es preferible cambiar esta obligación de complacer por el permiso a ser auténticos ya actuar de modo que nos parezca correcto a nosotros mismos aunque a algunas personas les parezca mal.
  • La obligación de DARSE PRISA: Nos sugestiona haciéndonos pensar que será terrible si perdemos una oportunidad, sea la que sea. Nos asustamos pensando que si no llegamos a todo, todo se derrumbará, pero lo normal es que los que nos derrumbemos seamos nosotros en nuestro inútil Intento de abarcar lo inabarcable. Es preferible cambiarlo por el permiso de priorizar unas pocas cosas y dejar pasar las demás. Por el permiso de disfrutar del viaje de vivir en lugar de obsesionarse en llegar sin experimentar el camino.

El psicoanalista Rollo May afirma que la persona evolucionada es capaz de diferenciar los sentimientos estableciendo muchos matices, como si fueran los diferentes paisajes musicales de una sinfonía. Pero en muchos casos, sigue, nuestros sentimientos son "tan limitados como las notas de un toque de corneta".

El repertorio de adjetivos que utilizamos para calificar a los demás suele ser mucho más extenso que el de los conceptos que describan con claridad nuestros estados de ánimo. Se nos educa Rara estar más Rendientes de influir en los demás gue Rara estar en contacto con nosotros mismos. Tenemos metida en la cabeza la siguiente pregunta: ¿Qué esperan los demás que yo diga o haga?


A menudo, nuestros sentimientos quedan ocultados tras pensamientos y juicios. Por ejemplo, a una persona que contaba que su compañero de cuarto ponía la radio demasiado alta por la noche, se le preguntó: ¿Qué sientes al respecto? Contestó: "Que no son horas de hacer tanto ruido". Cuando se le dijo que eso era un pensamiento, y se insistió en la pregunta, dijo: "Lo que yo siento es que si fuera como hay que ser, se comportaría como una persona normal", Al repetirle que eso era una opinión, dijo: "No siento nada". No era así. De hecho, abrigaba sentimientos al respecto, pero no era consciente de ellos. Simplemente escuchando sus opiniones se podía detectar cuáles eran.

La ocultación de los sentimientos no ayuda ni a uno mismo ni al buen desarrollo de las situaciones con los demás. Por el contrario, expresar sencillamente lo que sentimos, experimentamos y necesitamos, sin reproches ni exigencias, abre las puertas del entendimiento mutuo.

Pero la comunicación social requiere que asumamos que nuestros sentimientos nos pertenecen. Los demás pueden ser estímulo para nuestros sentimientos, pero no su causa. Nuestros sentimientos son el resultado de cómo elegimos tomarnos lo que dicen y hacen los demás, así como de nuestras expectativas y necesidades particulares de cada momento. Se trata pues de aceptar la responsabilidad de lo que hacemos para generar nuestros propios sentimientos.

La comunicación social fomenta y se apoya en la autonomía emocional, que se apoya en la conciencia de que somos responsables de lo que sentimos, de que no somos responsables de lo que sienten los demás, y de que nunca conseguiremos satisfacer nuestras necesidades a expensas de las de los demás.

Para ti, Sonia.

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