27 de octubre de 2007

La asignatura pendiente de la educación

Por primera vez una organización totalmente ajena al entorno educativo, la consultora McKinsey, inevitable referencia en el ámbito de la consultoría estratégica a nivel mundial, ha elaborado un informe sobre los fundamentos del Programa PISA, relacionados con los niveles de la educación obligatoria. En primer lugar, se mantiene el principio de que los países que mejor desarrollan la programación educativa se distancian cada vez más del resto; Canadá, Finlandia, Japón y Corea delSur, por otro lado, son siempre los estados que encabezan esta lista.



Lo sorprendente de los resultados de la consultora son las directrices que marcan, basadas en los resultados de PISA. Los centros educativos deben hacer tres cosas:


  • Obtener a los mejores docentes.

  • Obtener lo mejor de cada docente.

  • Adelantarse cuando los alumnos parecen quedarse atrás.

Citando a un responsable educativo surcoreano, "la calidad de un sistema educativo no puede superar la calidad de sus docentes". Estudios en EE UU han demostrado que estudiantes medios con profesorado de calidad alcanzan un rendimiento situado entre el 10% de los mejores estudiantes; el mismo modelo de estudiante, con profesorado mediocre, alcanzarán un nivel pésimo. La calidad del profesorado afecta al rendimiento del estudiante más que cualquier otro factor, incluido el de la masificación de las aulas, particularmente en Secundaria, donde no encuentra relación alguna entre rendimiento educativo y tamaño de la clase.



Asimismo, los mejores profesores no son los mejores pagados. De acuerdo al estudio de McKinsey, los tres países con salarios más elevados para el profesorado (Alemania, España y Suiza), deberían estar entre los que disponen de un mejor sistema educativo. Y no es así. De hecho, España ocupa uno de los lugares menos meritorios, dentro de la lista de países desarrollados.



Mientras en países como Finlandia todos los nuevos docentes de primaria deben haber obtenido un Master o paises como Singapur selecciona a sus docentes entre el 5% de los mejores alumnos universitarios, tenemos el ejemplo español, donde la mayoría se afana por aprobar una oposición basada en supuestos teóricos y prácticos nunca existentes y con el objetivo de obtener una plaza de por vida como funcionario.



Por otro lado, la formación del profesorado es un fuerte imperativo en los países con mejores indicadores. El profesorado en Singapur, Japón o Finlandia tiene una obligación de recibir unas determinadas horas anuales de formación para mejorar su rendimiento; en España quienes realizan este tipo de fomación lo hacen mayoritariamente para obtener un mayor número de créditos que les permita ser trasladados a un centro más cercano a su domicilio.



El sistema de evaluación de centros y profesorado también varía de unos países a otros, si bien existe un patrón definido en lo que los países hacen una vez que alumnos y/o centros comienzan a fracasar: los estados punteros intervienen antes y con más frecuencia. Mientras en países como Finlandia, Singapur o Japón, los alumnos reciben formación extra cada vez que se detecta alguna carencia, en países como España esta responsabilidad recae fundamentalmente en la actitud paterna, ya que los docentes (y, sobre todo, los del sector público), no suelen emplear en sus alumnos más tiempo que el mínimo exigido en su convenio.


Las conclusiones de McKinsey son más optimistas que las que se basan en criterios estrictamente económicos o culturales. Para la consultora, tener buen profesorado solo depende de cómo lo selecciones y lo formes. Asimismo la docencia puede llegar a ser una gran profesión sin necesidad de pagar elevados salarios. Finalmente, si se aplican las políticas adecuadas, los centros y los alumnos no están condenados a quedarse atrás.

21 de octubre de 2007

In memoriam: Juan Antonio Cebrián

La radio está de luto. Este sábado 20 de octubre falleció el periodista y escritor Juan Antonio Cebrián. Su programa "La Rosa de los Vientos" ya no se emitió en la madrugada. Se fue sin decir adiós a nadie, sin avisar. Un infarto ha dejado las ondas huérfanas del programa "de culto" más importante de la escena radiofónica española.

Recuerdo las noches al volante en cualquier carretera de España escuchando "Turno de Noche" y otras muchas madrugadas insomnes o de aquéllas en las que el trabajo te hace ir a la cama en horas poco sociales.

"La Rosa de los Vientos" me acompañó muchas madrugadas de mi turno de padre y, luego, en esas largas noches de insomnio que siguieron en los últimos años 90 y primeros de este milenio. Luego, la política de programación de la cadena arrinconó el programa a las madrugadas de los fines de semana y estuvo a punto de ser eliminado de la parrilla - todavía creo que no ocurrió así por la presión que desde los incipientes foros de la red se llevó a cabo. Llegaron los momentos más críticos de mi vida y me he tenido que conformar durante los últimos tres años y pico con escuchar las grabaciones de los programas desde la web de la cadena o bajándomelos desde el podcast. La casualidad quiso que el sábado despertara brevemente de mi sueño inducido a la una de la madrugada, encendiera la radio y recibiera el mazazo. Quise pensar que eran los efectos de la inducción al sueño, deseé pensar que estaba en el sueño, confié en que fuera fruto del delirio de los inductores. Pero la mañana del domingo solo hizo sino confirmar lo que había escuchado.

Por todos estos años de compañía, información y entretenimiento: Gracias.

Fuerza y Honor.

9 de octubre de 2007

"Mobbing" en vuelta rápida

Estamos asistiendo en las últimas semanas, en los últimos meses, a un ejemplo clarísimo y muy popular de lo que podríamos calificar como “mobbing” o acoso en el trabajo. No en vano estamos hablando de una persona joven, audaz y, ante todo, muy competente. Su empresa, sin embargo, está optando por favorecer a un advenedizo, hijo putativo del máximo responsable, que, aun cuando ha demostrado buenas formas en su profesión, es demasiado insolente e irrespetuoso para con quien debería ser su superior. A estas alturas del párrafo me imagino que quien lea este artículo ya habrá caído en la cuenta de que me estoy refiriendo al piloto español Fernando Alonso y al equipo McLaren de Fórmula 1.

Son distintas las definiciones que se otorgan a la palabra “mobbing”; Wikipedia la define como “…tanto la acción conducente a producir
miedo o terror del afectado hacia su lugar de trabajo, como el efecto o la enfermedad que produce en el trabajador. Esta persona o grupo de personas reciben una violencia psicológica injustificada a través de actos negativos en el trabajo de sus compañeros, subalternos (vertical ascendente) o superiores (vertical descendente o el tradicional “bossing”), de forma sistemática y recurrente, durante un tiempo prolongado …”. Una expresión comúnmente unida a ésta es otro anglicismo, el “bullying”, aunque éste se caracteriza por una demostración clara de violencia. El “mobbing” es mucho más sutil, pretende no dejar huella en el afectado y solo busca el descrédito profesional del mismo.

Independientemente de las justificaciones que puedan aportar unos y otros, lo cierto es que, en un trabajo en equipo, la creación de un conflicto con un miembro del mismo, apoyado por la dirección y secundado por buena parte del mismo, solo origina un problema personal grave para el afectado y un serio deterioro para el éxito de la empresa, ya que se empleará más tiempo en alentar y planificar las acciones de desgaste contra ese empleado y menos en acciones que puedan revertir en el beneficio competitivo de la empresa. En los estudios que existen sobre el tema se afirma que suele ser el reflejo de una entidad desgastada y desatendida frente a un trabajador brillante y competente. Aun cuando existen ciertos rasgos de la personalidad del joven piloto español que podrían resultar inicialmente molestos, lo cierto es que las acusaciones que se han vertido sobre el comportamiento de su supuesto compañero de pilotaje y contra la escudería, así como las reacciones de buena parte del equipo ante circunstancias positivas o negativas de la mera competición, son muestra evidente de lo que podríamos calificar como “mobbing”.

Y esto está sucediendo en directo, con cámaras y micrófonos como testigos. Diariamente esta situación se está dando en muchas otras empresas, en muchos otros anónimos “Alonsos”, sin que tengamos constancia de ello. Pero, así como el asturiano tiene la oportunidad de expresar sus sensaciones, muchos otros tienen que callar y aguantar. No obstante, el ejemplo del joven piloto español puede servir a muchas personas a verse reflejadas en dicha coyuntura y puede suponerles un soplo de aire fresco en medio de un entorno tan contaminado.

Según el psicólogo alemán
Heinz Leymann, el conflicto entre Fernando Alonso y McLaren estaría en la Fase 5, es decir, la última, la de marginación; literalmente, “La marginación es potenciada por "compañeros" deseosos de obtener beneficios o prebendas a expensas de los derechos usurpados al acosado y que serían incapaces de conseguir por los cauces ordinarios. Además, en esta fase el personal subalternos (administrativos, becarios, residentes, personal en practicas) aprovechan para hacer todo tipo de humillaciones, faltar el respeto al acosado, crear rumores malignos y comentarios vejatorios, falsedades y calumnias: todos quieren hacer "méritos" ante al acosador, al que temen con pavor y es quien reparte favores y consiente las conductas más miserables.”. Tras esta fase, Leymann argumenta que solo hay dos salidas: o la destrucción moral y psicológica del acosado o la Fase de Recuperación, en la cual, gracias al comportamiento de algunos miembros del equipo, gracias a la incorporación a otro equipo, gracias a la acción de la ley, el acoso cesa.

¿Seguro que no conocemos a otros “Alonsos”? ¿No hemos estado alguna vez en situación similar? ¿Alguien no se siente identificado en las acciones de alguna de las partes?
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